lunes, 25 de agosto de 2008

La razon de extrañarte.

Hoy es un día diferente. A veces me pongo pensar que sería de mi vida si nunca hubieses aparecido en mi camino, qué habría pasado si el destino no juntaba nuestros caminos de la manera en que los juntó.
Hoy es un día diferente, por que siento que todo ha cambiado, ya no nos reimos de la misma manera que antes, ni lloramos como lo haciamos antes; es posible que ya ni siquiera hablemos como hablabamos antes de conocernos. Es un día diferente por que cuando escucho tu voz no oigo algo que quiero conocer, ni algo que me llama la atencíon, no, oigo una voz que es parte de mi, una voz entera y completamente de mi sangre, que no se desvanece con la distancia ni se olvida con el tiempo. No tengo que mirarte para poder verte, te tengo ante mí día y noche, y es que tu imagen se adueño de mis ojos y es ahí donde pasa la mayor parte del tiempo.

¿Que por qué ya no nos vemos? ¿ que por qué no hablamos? ¡Dios! ¿no es claro? A veces te pavoneas y vanagloreas diciendo que está todo bien y que jamás desapareceré de tu historia. Aún asi no sabemos nada el uno del otro, no se en que estás, no que con quien estás ni como estás. Llego al punto de pensar que ya simplemente no estás. Desapareces, te escondes; son esos los segundos en que creo perder tu voz, se escapa de mis manos y tropieza con mis dedos, ahí es cuando cae y la puedo tomar y así no perderla por completo. Pero se ha caido tantas veces que está sin fuerzas, cada vez se cae con más dolor, y se pierde un poco más de ella.
No es tu voz la razón de mis lágrimas, ni de mis absurdos pensamientos de miseria, no, por que despues de todo soy feliz.
Hace poco volví a oirte, lejos, si, pero te oí al fin y al cabo, y creo que en este capítulo lo que realmente importa es eso, que tu voz, tus manos, tus ojos y tu piel no desaparescan por completo de mi mente. [...]