miércoles, 3 de octubre de 2007

Sensación de un sueño.

¿Tu te acordai que cuando erai chico, y tenias una pesadilla, te meabai?, o a veces solo despertabas llorando; quizá tu erai de esos que se caían de la cama en un intento desesperado por despertar.
Hoy tenís 18 años, ¿qué te pasa cuanto tenís pesadillas a esa edad?
Puta, hace mucho tiempo que no tenía una pesadilla, o sea, pesadilla de verdad, no de esos típicos sueños desagradables que de repente tenís, no; es que una pesadilla se trata de sentimientos realmente encontrados en ti mismo, cosas que estan muy presentes en tu inconciente, como me paso a mi.
¿Qué haci si un día normal te agarrai a putias con uno de tus mejores amigos en la vida?, no mucho, o sea se te pasa luego, total son amigos; pero en el caso de que en vez de olvidarlo, estas putias se guarden por debajo de los hombros, así como entre los pulmones y y el costillar. Yo te digo lo que pasa, te cansai, te pesan las patas y los ojos, y no se por que, de más que es por le peso de la conciencia, la wea es que llegai a tu casa y te quedai dormío al toque. Soñai, si, soñai y soñai, pero no es cualquier sueño, no poh, es una pesadilla. ¿ Adivinai cuál es la conexión?, Wena, esa misma, es que yo no cacho por que, pero sis, soñe cn el tema del día. ¡Lo mande a la mierda!, le dije que no quería tener nada que ver cn el nunca jamás, y solo me di media vuelta y me fui, obvio que no solo paso eso, no, fue un sueño bastante mas largo.

Fue una pesadilla, nada que ver con lo que podría pasar, solo lo converso, lo supero, y desaparece de mi, no es difícil ¿verdad?

En todo caso, no puedo recordar sentimiento más amargo y horrible en una simple pesadilla.

martes, 25 de septiembre de 2007

Invisible a los ojos, lo esencial.

Como loco se repartía golpes en la cabeza, miraba hacia todos lados sin ver nada. Estaba demente, completamente fuera de si.
Yo oía la música que salía de sus oídos, eran esas típicas canciones que todos escuchamos para recordar un poquito, canciones que te llenan de cositas en la guata y el pecho.
Parecía que iba a explotar, sus ojos buscaban en los mios algo así como la tranquilidad. ¿Como iba yo a tranquilizarlo?, si el solo hecho de verlo en ese estado me desesperaba por entero. Trataba, juro que trataba, algo sentía dentro de mi, algo que se movía y hacía mil cosas; mi alma se separaba de mi cuerpo y corría a buscar agua y a la vez le daba espacio en el suelo y lo abanicaba con sus/mis manos. Sin embargo, mi yo corpóreo seguía ahí, parado sin poder hacer nada mas que sentir por él.

La música paró y él callo a mis pies. Sonriendo me dijo gracias.
¿Gracias?, no fui capaz de hacer nada ¿y él me decía gracias?
Fue ahí, cuando tras un suspiro de tranquilidad y cerrando sus párpados lentamente me dijo que lo esencial es invisible a los ojos.

sábado, 11 de agosto de 2007

Jamás

Cansado de esperarte, marche con la vista al suelo, esperando quizá, encontrar ahí tu rostro piadoso, suave y hermoso. Jamás apareció, jamas volví atrás, jamás te volví a ver, jamás volví a amar.

domingo, 10 de junio de 2007

Nostalgítis Estomacalus.

Eran sus palabras, indecisas, fuertes, indiferentes y del todo apáticas.

Salían de sus labios y golpeaban mi pecho, lo apretaban, intentaban ahogarlo.

En ese momento, y con esas mismas palabras, los ojos se me estrujaban y dejaban escapar lagrimas de dolor, como un golpe en el estomago, como un pelotazo en las bolas.

Pero más que eso era nostalgia. La impresión de sus palabras redoblaban mi estomago de una manera desconocida, se me acababa el aire, no respiraba y solo quería llorar.

Se dio la media vuelta y se alejó caminando tranquilamente.

-No es mi problema- Me dijo- Soluciónalo, a mi no me afecta.

¿Por qué no era capaz de aceptarlo?, me ama, es reciproco. Se le hace difícil la idea de saber que depende de un ser externo a su organismo, y quizás no depende, sino solo necesita de este. En este caso yo.

-Solo quiero saber si me amas, ¿quien soy para ti?- sollocé débilmente.

Pero no contestó. Se limitó a marcharse, y me dejó aquí, sin saber nada, y aun con la nostalgia en el estomago.

domingo, 3 de junio de 2007

Carta de autoestima.

Tenía el cabello negro, oscuro y limpio, con un aroma a belleza.

Ojos cafés, como cualquier ojo, casi la mayoría del mundo por no decir todos. Pero los de él eran diferentes. Profundos, sensuales; pestañas largas y oscuras, como arregladas. Pero el ojo no solo es ojo por como se ve, si no también por como ve. Este era un ojo con una mirada fija, lectora, ojos que saben lo que ven, que distinguen, ojos que cautivan.

Luego de mirarlo tanto a los ojos, me pasé a la parte de su cara más cercana. Una nariz que según él sacó de los Velásquez, una nariz encorvada, casi perfectamente imperfecta, con punta redonda, más bien no muy puntiaguda, tosca, pero a la vez delicada y bien esculpida.

Le sigue una boca moldeada, de un color excitante, se ve que es una boca de besos, con labios abultados, limpias comisuras, y bellos dientes comunes. Esa boca algo me produjo en el estomago. Tuve ganas de besar como nunca antes las había tenido; cerré los ojos y me imagine saltando sobre él, besando sus labios, jugando con su lengua, tocando su cuello y sintiendo su piel. Desperté de mi ensimismamiento y como si no existieran antes, miré su cara completa, compacta, con oreja perfectas, y cejas muy bien dejadas, ojos q combinan con su boca y una sonrisa que le da color a la nariz desde abajo.

Así de a poco me pase a sus hombros fuertes y un tanto cuadrados; hombros que daría origen a unos brazos largos y rellenos, no muy estilizados ni menos ejercitados, con codos lisos, suaves; antebrazos delgados y firmes, sin rastros de venas azules en su interior. Como desearía ser tomada en esos brazos, tocada por esas pequeñas manos, de dedos cortos y un tanto regordetes, no feos en lo absoluto, eran hermosas manos, uñas limpias y sin mugres.

Pero basta de imaginar cosas.

De sus manos, paso a su torso. Este no es un hombre de un físico gimnástico ni mucho menos, pero aun así me gusta, con un torso poco estilizado y con sus kilos de sobra, no muchos claro está, pero kilos que lo hace ser sensacional.

Piernas duras, sin pelones, ¿piernas duras?, si no corre ni se ejercita, debe de ser un buen bailarín, con pantorrillas apretadas y muslos grandes.

Su voz es grave, suave como con miel, y su apariencia rica, me hace sentir bien.

Es un hombre bello no es el estereotipo de hombre guapo, pero si mi estereotipo de hombre perfecto.

domingo, 27 de mayo de 2007

Ángel de un sueño


Ya ni siquiera era capaz de dormir, era quizás el frío intenso, o las ganas de volver a estar con ella. Podían ser también las goteras de mi casa, o simplemente, y creo q lo mas acertado, era el hecho de estar solo.

La Pancha me dijo que ya no me quería, que el amor ya no existía. Me dijo que se iba, que no la buscara. Me pregunto que sería de mi ahora si en mi desesperado intento se desaparecer no hubiese chocado con aquella mujer.

Se llama Sofía, le gusta que la llamen Sofi , le gustan las hamburguesas, los helados y las gomitas de dulces. Es una niña, una niña en un frasco de mujer.

Hoy salimos a caminar por el centro de Santiago, ella es de otro lado, no se de donde; le fascinaron los edificios del barrio Bellavista. Compramos discos de vinilo, y comimos hamburguesas, de esas que venden por ahí cerca. Más tarde la lleve conocer mi casa, es chica, no cabe mucha gente, pero es cómoda.

Se quedó dormida en mi cama, parece que estaba cansada. Me quedé mucho rato mirándola, era realmente agradable verla dormir, si es verdad, es una niña; no me duro mucho el transe por que me tenía q ir a trabajar.

Yo soy como cualquier tipo solo, con trabajos nocturnos, departamento chico y patas pa` riba, en fin, me demoré 20 minutos en llegar a mi lugar de trabajo, donde me vestía de guardia, dormía como guardia y no comía, como guardia.

Al otro día, al llegar a mi departamento me encontré con que la cocina estaba limpia, mis discos ordenados, y la cama ya no estaba en la sala de estar, estaba en mi pieza.

La Sofi no estaba dormida, de más que había salido a comprar cigarros, la Sofi es un poco loca por los cigarros, pero no se los fuma, si no, los compra para que no los compre otro y se los fume, ella dice que los cigarros matan, yo digo: “es lo que quiero”.

Llegó a la hora de comer, me pregunto si tendrá familia, amigos, o casa. Preparamos unas pastas, de esas que se hacen en tres minutos; que manera de tragárselas, parece que tenía hambre.

En la tarde la lleve al cine. Entramos a ver una película de esas q hacen llorar a la gente, pero por alguna razón la Sofi no lloraba, ella se reía a carcajadas, supongo q es una manera muy inteligente de mirar las cosas tristes de la vida.

Hubo un momento en la película en el que mi mente se bloqueo, no pensaba en nada más que en la Sofi, en su mirada inocente, la risa de niña, sus manos suaves cuando me toca la cabeza. No se que sería de mi si no la hubiera conocido. Ahora duermo, dejé de fumar y me volví adicto a las hamburguesas y gomitas de dulce. La conocí el lunes, después de la pelea con la Pancha, ya ni pensaba en la Pancha, solo pensaba en como decirle que el que ya no quería nada era yo. La conocí el lunes, y ya es jueves, el viernes, o sea mañana me junto con la Pancha, me da ene lata ir, por mi, me quedaría la vida entera con la Sofi.

Es como un ángel, esta cabra chica llegó a mi vida, se metió como quiso y me enseño a vivir, soy un tipo feliz que disfruta de las cosas simples de la vida, en resumen la Sofi me enseñó a vivir de verdad.

La invité al ballet, la función del jueves en la noche, dicen q es la mejor.

A la Sofi el encanta el ballet, pero nunca lo había visto. Quedamos en vernos en el supermercado que está al lado de mi edificio, es que ella quería arreglarse.

Cuando nos encontramos me quede helado, estaba hermosa, no se como nadie la tomo y se la llevó. Yo lo hubiese hecho, me la hubiese raptado, me la hubiese dejado para mi solo. Es un poco egoísta, pero me da lo mismo mientras la tenga conmigo.

Esa noche le di el primer, nuestro, primer beso, fue algo así como mágico, ni la pancha besaba como ella.

Fuimos al departamento y nos quedamos dormidos en el sillón escuchando mis discos, ella los eligió, tiene muy buen gusto.

A la mañana siguiente ella no estaba mi lado. Debe haber ido a comprar cigarros, así que prepare el desayuno y la esperé.

Ya eran las tres de la tarde y me estaba desesperando. Salí a buscarla en mi bicicleta.

Pedaleé por todos los lugares que le gustaba estar. La busqué y la busqué.

Pero la Sofi no apareció.

Fue en ese momento en el que tras llantos y gritos me di cuenta que la Sofi solo era una persona más en mi vida.

Llegó para cambiarla, y asó lo hizo. Hay gente que está hecha del mismo material que un sueño, llegan a nuestra vida y se quedan lo que dura el sueño.

Ella era de esas personas, llegué a mi casa y desarmé todo, la cama en la sala, los discos en el suelo, la losa toda sucia, y yo sin una Sofi que me haga la vida feliz.

Sofía, me enseñaste a vivir, me enseñaste a amar de verdad, me enseñaste que no se llora se ríe, y no se ríe, se sueña.

Si algún día te vuelvo a ver, sabré que estoy soñando.

martes, 1 de mayo de 2007

Aroma de ensueño.


Son las 6 de la mañana, y aun no consigo consiliar el sueño. Debe ser el frio, o puede ser efecto de las trece tazas de café que me tomé anoche. No lo se.
Tengo claro que en un par de minutos vendrá mi mamá a despertarme suavemente. Me haré el dormido para entonces, asi no me llamará la atención por el desvelo.

Me siento solo, como si nada más existiese a mi alrrededor; no hay pájaros, no hay luces; solo yo, flotando en un sin fin de pensamientos frios, a veces cálidos. Temo que no son pensamientos, es que yo no pienso. Son sentimientos, yo solo siento. Soy enrredo de angustias, una bola de amor, soy una piedra en egoísmo, y agua honesta y leal. Pero ahora solo soy viento de ausencia, soy briza que no es, y no soy nada en realidad.

Un vivrante aroma me hace volver a la cama, es un olor suave, familiar. Mi estomago se estremece, pidiendo a gritos salir corriendo; eso haria yo si fuese un estomago enfrentado a ese olor; gritar, saltar, menearme y reir; todo por lo feliz que me hace sentir este olor.
Lo he sentido otras veces en un cuello, en la cama más especial de mi vida. Lo sentí tambien en un polerón y un vestido de juegos, lo sentí en mi ropa algún día. Lo siento cada día que pasa, esta en ti, esta por ti, eres tú y solo tú.

No te alejes nunca, es tu olor el que me mantiene parado ene stos gastados pies. Es tu olor el que me hace volar, es el que me obliga a cerrar los ojos e imaginar que estaremos juntos por simpre, pegados por el pecho, rodeando nuestros cuerpos con los brazos que no se soltarán...

...no mamá no me despiertes, estaba soñando que no dormía, estaba soñando que me tenía, estaba soñando en juegos, pero aun así solo era sueño.

domingo, 22 de abril de 2007

Es más facil mentir

Cargar el peso y empujar hacia el cielo, es más fácil mentir.Y honestamente mirar a los ojos, es más fácil mentir, es más fácil mentir. Ser yo, ser solo yo en dar algo de más.
Y quien yo soy para darte lo que necesitas cuando yo estoy aprendiendo, sólo aprendiendo.
Aprendiendo cómo vivir y cargar el peso.
Llenar el espacio, ese espacio que hiciste por yo haber intentado. Soy el único, si el único.
Y tal vez yo pudiera ser el único que necesitas si sólo me mostraras como vivir y cargar el peso.
Y empujar hacia el cielo,y hacer todo lo correcto cuando todo está errado, es más fácil huir, es más fácil huir. Que nunca tuviera que mirar en los ojos, es más fácil mentir.
Cargar el peso y empujar hacia el cielo, es más fácil mentir, es más fácil mentir

lunes, 9 de abril de 2007

Silenciosa rutina.


Como otro día, Marco se levanta nuevamente.

Carga con el peso de sus parpados y el edor de la noche calurosa en su cama.

Marco, como otro día, desayuna en la mesa, junto a sus padres y hermano; un desayuno sin lengua, sin oidos; silencioso como la muerte tal. Pero Marco no se queja de ese silencio, está acostumbrado, no le hace daño. Es culpa del sueño.


Pasan veinte exactos minutos, y Marco sube al auto; bolsas, mochilas, papeles y comida, cuelgan de sus brazos; un audifono en su oreja izquierda, y un anillo en cada anular. Y como otro día, Marco sube al auto en silencio.


Recorre un largo viaje, en el silencio de las bosinas que no dicen nada, y de los ruidosos semaforos callados.

Llega a su destino, y se despide en silencio; un beso callado, una palmada en el hombro, una mirada por el retrovisor; Marco deja el auto.


Como otro día, Marco se sumergue en lo poco y nada del silencio de su escuela; corre, grita, besa y abraza.

Marco pierde la mudez, Marco habla y rehabla. Se siente vivo y ruidoso.


Pero como otro día, Marco debe volver a casa. Al silencio de su casa.