domingo, 27 de mayo de 2007

Ángel de un sueño


Ya ni siquiera era capaz de dormir, era quizás el frío intenso, o las ganas de volver a estar con ella. Podían ser también las goteras de mi casa, o simplemente, y creo q lo mas acertado, era el hecho de estar solo.

La Pancha me dijo que ya no me quería, que el amor ya no existía. Me dijo que se iba, que no la buscara. Me pregunto que sería de mi ahora si en mi desesperado intento se desaparecer no hubiese chocado con aquella mujer.

Se llama Sofía, le gusta que la llamen Sofi , le gustan las hamburguesas, los helados y las gomitas de dulces. Es una niña, una niña en un frasco de mujer.

Hoy salimos a caminar por el centro de Santiago, ella es de otro lado, no se de donde; le fascinaron los edificios del barrio Bellavista. Compramos discos de vinilo, y comimos hamburguesas, de esas que venden por ahí cerca. Más tarde la lleve conocer mi casa, es chica, no cabe mucha gente, pero es cómoda.

Se quedó dormida en mi cama, parece que estaba cansada. Me quedé mucho rato mirándola, era realmente agradable verla dormir, si es verdad, es una niña; no me duro mucho el transe por que me tenía q ir a trabajar.

Yo soy como cualquier tipo solo, con trabajos nocturnos, departamento chico y patas pa` riba, en fin, me demoré 20 minutos en llegar a mi lugar de trabajo, donde me vestía de guardia, dormía como guardia y no comía, como guardia.

Al otro día, al llegar a mi departamento me encontré con que la cocina estaba limpia, mis discos ordenados, y la cama ya no estaba en la sala de estar, estaba en mi pieza.

La Sofi no estaba dormida, de más que había salido a comprar cigarros, la Sofi es un poco loca por los cigarros, pero no se los fuma, si no, los compra para que no los compre otro y se los fume, ella dice que los cigarros matan, yo digo: “es lo que quiero”.

Llegó a la hora de comer, me pregunto si tendrá familia, amigos, o casa. Preparamos unas pastas, de esas que se hacen en tres minutos; que manera de tragárselas, parece que tenía hambre.

En la tarde la lleve al cine. Entramos a ver una película de esas q hacen llorar a la gente, pero por alguna razón la Sofi no lloraba, ella se reía a carcajadas, supongo q es una manera muy inteligente de mirar las cosas tristes de la vida.

Hubo un momento en la película en el que mi mente se bloqueo, no pensaba en nada más que en la Sofi, en su mirada inocente, la risa de niña, sus manos suaves cuando me toca la cabeza. No se que sería de mi si no la hubiera conocido. Ahora duermo, dejé de fumar y me volví adicto a las hamburguesas y gomitas de dulce. La conocí el lunes, después de la pelea con la Pancha, ya ni pensaba en la Pancha, solo pensaba en como decirle que el que ya no quería nada era yo. La conocí el lunes, y ya es jueves, el viernes, o sea mañana me junto con la Pancha, me da ene lata ir, por mi, me quedaría la vida entera con la Sofi.

Es como un ángel, esta cabra chica llegó a mi vida, se metió como quiso y me enseño a vivir, soy un tipo feliz que disfruta de las cosas simples de la vida, en resumen la Sofi me enseñó a vivir de verdad.

La invité al ballet, la función del jueves en la noche, dicen q es la mejor.

A la Sofi el encanta el ballet, pero nunca lo había visto. Quedamos en vernos en el supermercado que está al lado de mi edificio, es que ella quería arreglarse.

Cuando nos encontramos me quede helado, estaba hermosa, no se como nadie la tomo y se la llevó. Yo lo hubiese hecho, me la hubiese raptado, me la hubiese dejado para mi solo. Es un poco egoísta, pero me da lo mismo mientras la tenga conmigo.

Esa noche le di el primer, nuestro, primer beso, fue algo así como mágico, ni la pancha besaba como ella.

Fuimos al departamento y nos quedamos dormidos en el sillón escuchando mis discos, ella los eligió, tiene muy buen gusto.

A la mañana siguiente ella no estaba mi lado. Debe haber ido a comprar cigarros, así que prepare el desayuno y la esperé.

Ya eran las tres de la tarde y me estaba desesperando. Salí a buscarla en mi bicicleta.

Pedaleé por todos los lugares que le gustaba estar. La busqué y la busqué.

Pero la Sofi no apareció.

Fue en ese momento en el que tras llantos y gritos me di cuenta que la Sofi solo era una persona más en mi vida.

Llegó para cambiarla, y asó lo hizo. Hay gente que está hecha del mismo material que un sueño, llegan a nuestra vida y se quedan lo que dura el sueño.

Ella era de esas personas, llegué a mi casa y desarmé todo, la cama en la sala, los discos en el suelo, la losa toda sucia, y yo sin una Sofi que me haga la vida feliz.

Sofía, me enseñaste a vivir, me enseñaste a amar de verdad, me enseñaste que no se llora se ríe, y no se ríe, se sueña.

Si algún día te vuelvo a ver, sabré que estoy soñando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

woooooo!!! Nico!! tan guardadas que te tenías esas facultades de artista literario ( o quizás no y sólo por las circunsatncia de la vida yo no las conocía)...

me encantó de verdad, por sobre todo la simplesa de tu historia :o es algo que no sé a la gente.. pero a mí me cuesta caleta lograr.. y se leía tan fluído... :o

en serio que quedé impresionada.. :o


ya.. eso..

sigue con esto que se te da muy bien.. saludos!! =) y nos vemos.. :p